Traducido
del inglés para Rebelión por Germán Leyens
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En el último mes ha ocurrido una coincidencia
estadísticamente improbable de eventos que solo se pueden explicar como una conspiración
para proteger al dólar frente a la política de Flexibilización Cuantitativa
(FC).
Flexibilización Cuantitativa es el término dado a
la política de la Reserva Federal de imprimir 1 billón de dólares anualmente a
fin de financiar el déficit presupuestario de EE.UU. mediante la compra de
bonos del Tesoro de EE.UU. y mantener altos los precios de derivados
relacionados con la deuda en los balances de los bancos “bancos demasiado
grandes para quebrar" (BDGF) mediante la compra de derivados respaldados con
hipotecas. Sin FC, las tasas de interés serían mucho más elevadas y los valores
en los balances de los bancos serían mucho más bajos.
La Flexibilización Cuantitativa se utiliza desde
diciembre de 2008. Durante estos 54 meses, la Reserva Federal ha imprimido
varios billones [millones de millones] de dólares con los cuales la Fed ha
monetizado la misma cantidad de deuda.
Un resultado de esta política es que la mayoría de
las tasas de interés reales de EE.UU. son negativas. Otro resultado es que el
suministro de dólares ha superado la demanda de dólares del mundo.
Estas consecuencias son el motivo por el cual la
política de la Reserva Federal de imprimir dinero para comprar bonos del Tesoro
y derivados respaldados por hipotecas amenaza el valor de cambio del dólar y,
por lo tanto, el papel del dólar como moneda de reserva mundial.
El hecho de ser la moneda de reserva mundial
significa que el dólar se puede utilizar para pagar las cuentas de petróleo de
cualquier país, y su déficit comercial. El dólar es la divisa de pago
internacional.
Esto es muy útil para EE.UU. y la mayor fuente del
poder estadounidense. Como el dólar es la moneda de reserva, EE.UU. puede
cubrir sus costes de importación y pagar por su coste de operación, simplemente
mediante la creación de su propio papel moneda.
Si el dólar no fuera la moneda de reserva,
Washington no podría financiar sus guerras o seguir manteniendo grandes
déficits comerciales y presupuestarios. Por ello, la protección del valor de
cambio del dólar es la preocupación primordial de Washington si quiere seguir
siendo una superpotencia.
Las amenazas del dólar son las monedas
alternativas, divisas que no se crean enormes cantidades, el oro y la plata, y
los bitcoins, una divisa digital.
La amenaza de los bitcoins se
eliminó el 17 de mayo cuando el Departamento Gestapo de Seguridad Interior
confiscó las cuentas de Bitcoin. La excusa fue que Bitcoin no se había
registrado según las leyes contra el lavado de dinero del Tesoro de EE.UU.
Washington ha reprimido la amenaza de otras monedas
convenciendo a otras grandes divisas de que impriman aún más que el dólar.
Japón ha cumplido y el Banco Central Europeo, aunque algo limitado por
Alemania, ha comenzado a imprimir a fin de rescatar a los bancos
privados en peligro por la “crisis de la deuda soberana”.
Eso deja el oro y la plata. El enorme aumento de
los precios del oro y de la plata en la última década convenció a Washington de
que existen numerosos bribones que no confían en el dólar y que no se debe
permitir que su número aumente.
El precio del oro aumentó de 272 dólares por onza
en diciembre de 2000 a 1.917,50 dólares el 23 de agosto de 2011. Los gángsteres
financieros que poseen y dirigen EE.UU. se dejaron llevar por el pánico. Con el
colapso del precio del dólar en relación con la verdadera moneda histórica,
¿cómo podía ser válida la tasa de cambio del dólar en relación con otras
monedas? Si la tasa de cambio del dólar fuera atacada, la Reserva Federal
tendría que dejar de imprimir y perdería el control sobre las tasas de interés.
Las burbujas de los mercados de renta fija y de
renta variable estallarían y los pagos de interés de la deuda federal
explotarían, dejando a Washington aún más endeudado e incapaz de financiar sus
guerras, su Estado policial y los rescates de los bánksteres.
Había que hacer algo respecto al creciente precio
del oro y la plata.
Hay dos mercados del oro en lingotes. Uno es un
mercado de papel en Nueva York, Comex, donde se comercializan los derechos de
propiedad en papel del oro. El otro es el mercado físico donde se toma posesión
personal en los negocios de monedas de metal, negociantes de lingotes,y
joyerías.
El modo en que han establecido los bánksteres el
precio del lingote no se fija en los mercados en los cuales la gente entra en
posesión real de los metales. El precio se fija en el mercado de papel en el
que operan los especuladores.
Este mercado bifurcado dio a la Reserva Federal la
posibilidad de proteger el dólar de sus máquinas impresoras.
El viernes 12 de abril de 2013, las ventas en descubierto
de oro impactaron el mercado en Nueva York en una cantidad estimada en entre
124 y 400 toneladas. Esta enorme venta sin precedentes implica una conspiración
ilegal de vendedores que se proponen manipular el mercado o una acción de la
Reserva Federal a través de sus agentes, los BDGF que son los bancos de
negociación de oro y plata en lingotes.
Las enormes ventas en descubierto redujeron el
precio del oro, provocando pedidos de stop-loss y ajustes de
márgenes. El ataque continuó el lunes 15 de abril y sigue desde entonces.
Antes de seguir adelante, notad que hay límites de
posición impuestos a la cantidad de contratos que los comerciantes pueden
vender de una vez. La cifra de 124 toneladas hubiera requerido que 14
comerciantes sin interés abierto en el mercado vendieran todos juntos en unos
pocos minutos 40.000 contratos de futuros. La probabilidad de que tantos
comerciantes decidan vender en descubierto simultáneamente el máximo permitido
no es verosímil. Se trató de un ataque ordenado por la Reserva Federal, por lo
cual no hubo una investigación de su ilegalidad.
Notad asimismo que ningún vendedor que quisiera
salir de un pedido se propondría un precio bajo al vender de una vez una
cantidad enorme a menos que el objetivo no sea un beneficio sino aplastar el
precio del oro en lingotes.
Desde el ataque del 12-15 de abril al precio del
oro, ha habido ataques subsiguientes a las 2 p.m.hora de Hong Kong y 2 a.m.
hora de Nueva York. A esas horas la actividad es ligera, a la espera de que
Londres inicie las operaciones. Como ha señalado William S. Kaye ninguna
entidad preocupada por los beneficios elegiría esas horas para vender entre
20.000 y 30.000 contratos de futuros, pero es lo que ha estado ocurriendo.
¿A quién no le preocuparía perder dinero de esa manera?
Solo a un banco central que puede imprimirlo.
Ahora llegamos al mercado físico en el cual la
gente toma posesión de lingotes en lugar de apostar a instrumentos de papel. Lo
muestra este gráfico de ZeroHedge .
La demanda de compra física es elevada, a pesar del
ataque al oro que comenzó en 2011, pero como el precio se fija en el mercado
irreal de papel, las ventas orquestadas a futuros, como en el actual trimestre
de 2013, pueden hacer bajar el precio sin que importe el hecho de que la
verdadera demanda de oro y plata no puede satisfacerse.
Mientras la corrupta prensa financiera occidental
insta a la gente a abandonar el oro en lingotes, todos tratan de comprar más, y
las primas sobre el precio al contado han aumentado. En todo el mundo hay una
escasez de oro y plata en formas, como las monedas de una onza y las barras de
diez onzas que piden los individuos.
El hecho de que la caída en los precios del oro y
la plata es algo orquestado es evidente porque la demanda de lingotes en el
mercado físico ha aumentado mientras las ventas en descubierto en el mercado de
papel implican una huída de los lingotes.
¿Qué nos dice esta manipulación ilegal de los
mercados por parfte de la Reserva Federal? Nos dice que la Reserva Federal no
ve una salida a la impresión de dinero a fin de apoyar el déficit federal y los
bancos insolventes. Si se atacase al dólar y la Reserva Federal tuviera que
dejar de imprimir dólares, las tasas de interés aumentarían. Los mercados de
renta fija y de renta variable colapsarían. El dólar se abandonaría como moneda
de reserva. Washington ya no podría pagar sus cuentas y perdería su hegemonía.
El mundo del arrogante Washington colapsaría.
Queda por ver si Washington puede prevalecer sobre
la demanda mundial de oro y plata. ¿Puede mantenerse supremo el dólar cuando la
Reserva Federal crea 1.000 millones de millones cada año, mientras los BRICS,
China y Japón, China y Australia, y China y Rusia hacen acuerdos para liquidar
sus balanzas comerciales sin utilizar el dólar?
Si la economía basada en el consumo de EE.UU.,
privada de ingresos de los consumidores por la deslocalización de puestos de
trabajo, vuelve a caer en el tercer o cuarto trimestre –una caída que no se
puede ocultar mediante engañosas publicaciones estadísticas– el déficit federal
aumentará. ¿Cuál será el efecto en el dólar si la Reserva Federal tiene que
aumentar su Flexibilización Cuantitativa?
Se ha preparado una tormenta perfecta para EE.UU.
Las verdaderas tasas de interés son negativas, pero se están creando deudas y
dinero de forma alarmante. La caída del dólar espera la decisión del mundo
respecto a una solución. La Reserva Federal puede imprimir dólares para
mantener elevados los mercados de renta fija y de renta variable, pero la
Reserva Federal no puede imprimir divisas extranjeras para mantener a flote el
dólar.
Si cae el dólar, el poder de Washington se cae, y
por eso se manipula el mercado del oro en lingotes. Proteger el poder. Esa es
la agenda. ¿Se trata de otra ambición exagerada de Washington?
Paul Craig Roberts fue editor de The Wall
Street Journal y secretario asistente del Secretario del Tesoro
estadounidense. Es autor de HOW THE ECONOMY WAS LOST , publicado por
CounterPunch/AK Press. Su libro Economies in Collapse: The Failure of
Globalism, fue publicado en Europa en junio de 2012. Su último libro es The
Failure of Laissez-Faire Capitalism.
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