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sábado, 14 de noviembre de 2015

Por qué la Reserva Federal manipula el mercado del oro: Washington muestra una profunda preocupación por el dólar





Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

En el último mes ha ocurrido una coincidencia estadísticamente improbable de eventos que solo se pueden explicar como una conspiración para proteger al dólar frente a la política de Flexibilización Cuantitativa (FC).
Flexibilización Cuantitativa es el término dado a la política de la Reserva Federal de imprimir 1 billón de dólares anualmente a fin de financiar el déficit presupuestario de EE.UU. mediante la compra de bonos del Tesoro de EE.UU. y mantener altos los precios de derivados relacionados con la deuda en los balances de los bancos “bancos demasiado grandes para quebrar" (BDGF) mediante la compra de derivados respaldados con hipotecas. Sin FC, las tasas de interés serían mucho más elevadas y los valores en los balances de los bancos serían mucho más bajos.
La Flexibilización Cuantitativa se utiliza desde diciembre de 2008. Durante estos 54 meses, la Reserva Federal ha imprimido varios billones [millones de millones] de dólares con los cuales la Fed ha monetizado la misma cantidad de deuda.
Un resultado de esta política es que la mayoría de las tasas de interés reales de EE.UU. son negativas. Otro resultado es que el suministro de dólares ha superado la demanda de dólares del mundo.
Estas consecuencias son el motivo por el cual la política de la Reserva Federal de imprimir dinero para comprar bonos del Tesoro y derivados respaldados por hipotecas amenaza el valor de cambio del dólar y, por lo tanto, el papel del dólar como moneda de reserva mundial.
El hecho de ser la moneda de reserva mundial significa que el dólar se puede utilizar para pagar las cuentas de petróleo de cualquier país, y su déficit comercial. El dólar es la divisa de pago internacional.
Esto es muy útil para EE.UU. y la mayor fuente del poder estadounidense. Como el dólar es la moneda de reserva, EE.UU. puede cubrir sus costes de importación y pagar por su coste de operación, simplemente mediante la creación de su propio papel moneda.
Si el dólar no fuera la moneda de reserva, Washington no podría financiar sus guerras o seguir manteniendo grandes déficits comerciales y presupuestarios. Por ello, la protección del valor de cambio del dólar es la preocupación primordial de Washington si quiere seguir siendo una superpotencia.
Las amenazas del dólar son las monedas alternativas, divisas que no se crean enormes cantidades, el oro y la plata, y los bitcoins, una divisa digital.
La amenaza de los bitcoins se eliminó el 17 de mayo cuando el Departamento Gestapo de Seguridad Interior confiscó las cuentas de Bitcoin. La excusa fue que Bitcoin no se había registrado según las leyes contra el lavado de dinero del Tesoro de EE.UU.
Washington ha reprimido la amenaza de otras monedas convenciendo a otras grandes divisas de que impriman aún más que el dólar. Japón ha cumplido y el Banco Central Europeo, aunque algo limitado por Alemania, ha comenzado a imprimir a fin de rescatar a los bancos privados en peligro por la “crisis de la deuda soberana”.
Eso deja el oro y la plata. El enorme aumento de los precios del oro y de la plata en la última década convenció a Washington de que existen numerosos bribones que no confían en el dólar y que no se debe permitir que su número aumente.
El precio del oro aumentó de 272 dólares por onza en diciembre de 2000 a 1.917,50 dólares el 23 de agosto de 2011. Los gángsteres financieros que poseen y dirigen EE.UU. se dejaron llevar por el pánico. Con el colapso del precio del dólar en relación con la verdadera moneda histórica, ¿cómo podía ser válida la tasa de cambio del dólar en relación con otras monedas? Si la tasa de cambio del dólar fuera atacada, la Reserva Federal tendría que dejar de imprimir y perdería el control sobre las tasas de interés.
Las burbujas de los mercados de renta fija y de renta variable estallarían y los pagos de interés de la deuda federal explotarían, dejando a Washington aún más endeudado e incapaz de financiar sus guerras, su Estado policial y los rescates de los bánksteres.
Había que hacer algo respecto al creciente precio del oro y la plata.
Hay dos mercados del oro en lingotes. Uno es un mercado de papel en Nueva York, Comex, donde se comercializan los derechos de propiedad en papel del oro. El otro es el mercado físico donde se toma posesión personal en los negocios de monedas de metal, negociantes de lingotes,y joyerías.
El modo en que han establecido los bánksteres el precio del lingote no se fija en los mercados en los cuales la gente entra en posesión real de los metales. El precio se fija en el mercado de papel en el que operan los especuladores.
Este mercado bifurcado dio a la Reserva Federal la posibilidad de proteger el dólar de sus máquinas impresoras.
El viernes 12 de abril de 2013, las ventas en descubierto de oro impactaron el mercado en Nueva York en una cantidad estimada en entre 124 y 400 toneladas. Esta enorme venta sin precedentes implica una conspiración ilegal de vendedores que se proponen manipular el mercado o una acción de la Reserva Federal a través de sus agentes, los BDGF que son los bancos de negociación de oro y plata en lingotes.
Las enormes ventas en descubierto redujeron el precio del oro, provocando pedidos de stop-loss y ajustes de márgenes. El ataque continuó el lunes 15 de abril y sigue desde entonces.
Antes de seguir adelante, notad que hay límites de posición impuestos a la cantidad de contratos que los comerciantes pueden vender de una vez. La cifra de 124 toneladas hubiera requerido que 14 comerciantes sin interés abierto en el mercado vendieran todos juntos en unos pocos minutos 40.000 contratos de futuros. La probabilidad de que tantos comerciantes decidan vender en descubierto simultáneamente el máximo permitido no es verosímil. Se trató de un ataque ordenado por la Reserva Federal, por lo cual no hubo una investigación de su ilegalidad.
Notad asimismo que ningún vendedor que quisiera salir de un pedido se propondría un precio bajo al vender de una vez una cantidad enorme a menos que el objetivo no sea un beneficio sino aplastar el precio del oro en lingotes.
Desde el ataque del 12-15 de abril al precio del oro, ha habido ataques subsiguientes a las 2 p.m.hora de Hong Kong y 2 a.m. hora de Nueva York. A esas horas la actividad es ligera, a la espera de que Londres inicie las operaciones. Como ha señalado William S. Kaye ninguna entidad preocupada por los beneficios elegiría esas horas para vender entre 20.000 y 30.000 contratos de futuros, pero es lo que ha estado ocurriendo.
¿A quién no le preocuparía perder dinero de esa manera? Solo a un banco central que puede imprimirlo.
Ahora llegamos al mercado físico en el cual la gente toma posesión de lingotes en lugar de apostar a instrumentos de papel. Lo muestra este gráfico de ZeroHedge .
La demanda de compra física es elevada, a pesar del ataque al oro que comenzó en 2011, pero como el precio se fija en el mercado irreal de papel, las ventas orquestadas a futuros, como en el actual trimestre de 2013, pueden hacer bajar el precio sin que importe el hecho de que la verdadera demanda de oro y plata no puede satisfacerse.
Mientras la corrupta prensa financiera occidental insta a la gente a abandonar el oro en lingotes, todos tratan de comprar más, y las primas sobre el precio al contado han aumentado. En todo el mundo hay una escasez de oro y plata en formas, como las monedas de una onza y las barras de diez onzas que piden los individuos.
El hecho de que la caída en los precios del oro y la plata es algo orquestado es evidente porque la demanda de lingotes en el mercado físico ha aumentado mientras las ventas en descubierto en el mercado de papel implican una huída de los lingotes.
¿Qué nos dice esta manipulación ilegal de los mercados por parfte de la Reserva Federal? Nos dice que la Reserva Federal no ve una salida a la impresión de dinero a fin de apoyar el déficit federal y los bancos insolventes. Si se atacase al dólar y la Reserva Federal tuviera que dejar de imprimir dólares, las tasas de interés aumentarían. Los mercados de renta fija y de renta variable colapsarían. El dólar se abandonaría como moneda de reserva. Washington ya no podría pagar sus cuentas y perdería su hegemonía. El mundo del arrogante Washington colapsaría.
Queda por ver si Washington puede prevalecer sobre la demanda mundial de oro y plata. ¿Puede mantenerse supremo el dólar cuando la Reserva Federal crea 1.000 millones de millones cada año, mientras los BRICS, China y Japón, China y Australia, y China y Rusia hacen acuerdos para liquidar sus balanzas comerciales sin utilizar el dólar?
Si la economía basada en el consumo de EE.UU., privada de ingresos de los consumidores por la deslocalización de puestos de trabajo, vuelve a caer en el tercer o cuarto trimestre –una caída que no se puede ocultar mediante engañosas publicaciones estadísticas– el déficit federal aumentará. ¿Cuál será el efecto en el dólar si la Reserva Federal tiene que aumentar su Flexibilización Cuantitativa?
Se ha preparado una tormenta perfecta para EE.UU. Las verdaderas tasas de interés son negativas, pero se están creando deudas y dinero de forma alarmante. La caída del dólar espera la decisión del mundo respecto a una solución. La Reserva Federal puede imprimir dólares para mantener elevados los mercados de renta fija y de renta variable, pero la Reserva Federal no puede imprimir divisas extranjeras para mantener a flote el dólar.
Si cae el dólar, el poder de Washington se cae, y por eso se manipula el mercado del oro en lingotes. Proteger el poder. Esa es la agenda. ¿Se trata de otra ambición exagerada de Washington?
Paul Craig Roberts fue editor de The Wall Street Journal y secretario asistente del Secretario del Tesoro estadounidense. Es autor de HOW THE ECONOMY WAS LOST , publicado por CounterPunch/AK Press. Su libro Economies in Collapse: The Failure of Globalism, fue publicado en Europa en junio de 2012. Su último libro es The Failure of Laissez-Faire Capitalism.

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