.
Con el término de “financiarización” se alude, en
general, al ascenso de la importancia del capital financiero dentro del
funcionamiento económico . La actividad financiera no sólo se expande
vertiginosamente, sino que también altera su composición en términos de
mercados, productos y agentes protagonistas . Estos cambios tienen la
profundidad suficiente como para afectar a la lógica que rige el funcionamiento
económico . En la mayor parte de las economías desarrolladas y en una parte de
las subdesarrolladas, las empresas del sector no financiero, las familias y los
gobiernos actúan sometidos a esa lógica propia del sector financiero . Como
resultado, la actividad económica se “financiariza” y da lugar a numerosos problemas
que provocan el debilitamiento de la demanda, la ralentización del proceso de
acumulación y una reconfiguración social que perjudica a los trabajadores y
beneficia al capital, particularmente a su facción financiera .
Epstein (2005: 3) sostiene que: “( . . .) financiarización se refiere a la creciente
importancia de los intereses financieros, los mercados financieros y los
agentes e instituciones financieras en el funcionamiento de las economías
nacionales e internacional” . Acorde con esta perspectiva, entendemos la
financiarización como un aumento de la importancia del capital financiero que
se traduce en el creciente protagonismo económico y político de los agentes que
lo representan y, por tanto, en el incremento de su capacidad para imponer sus
intereses . Este ascenso origina la expansión y transformación de los espacios
en los cuales el capital financiero se valoriza (los mercados financieros), así
como la configuración de una nueva lógica, que denominamos financiarizada, que
se impone al grueso de los de los ámbitos de la actividad y de las relaciones
económicas. Referencia: la financiarización d e l a e c o n o m í a m u n d
i a l: h a c i a u n a c a r a c t e r i z a c i ó n. Bibiana Medialdea García.
Universidad Complutense de Madrid.
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